sábado, 24 de diciembre de 2016

Niños superdotados.

La detección precoz es fundamental para responder a sus necesidades y evitar el fracaso escolar
Reconocer a un niño superdotado no siempre es fácil. Apenas un 2% de la población infantil iguala o supera el coeficiente intelectual para ser calificado como tal (130) y casi la mitad de los que lo consiguen se presentan como niños problemáticos con bajo rendimiento académico e, incluso, fracaso escolar. Y es que no detectar a tiempo la denominada sobredotación intelectual puede llevar al menor a aburrirse en el colegio por falta de motivación. Los afectados se quejan, además, de que el profesorado no cuenta con la preparación necesaria para identificarlos y reprochan a la Administración la falta de centros especializados y ayudas económicas para potenciar sus capacidades y recibir la educación especial que requieren.
Cómo identificarlos
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a una persona superdotada como "aquella que cuenta con un coeficiente intelectual superior a 130". Una circunstancia que apenas se da en el 2% de la población y cuya detección a menudo resulta complicada.
Los tradicionales test de inteligencia son la mejor manera de identificar a un niño o adulto superdotado, pero no la única. Realizadas siempre por profesionales, estas pruebas deben completarse con la acreditación de otras cualidades como la creatividad artística o el razonamiento lógico de las situaciones.
"Tradicionalmente se ha asociado la superdotación sólo a altas puntuaciones en los test de inteligencia y a la obtención de resultados brillantes en la escuela. En la actualidad, la mayoría de los autores prefieren hablar de talentos múltiples, altas capacidades o talentos específicos en diversas áreas como la música o las matemáticas", explica el presidente de la Asociación Española de Superdotación y Altas Capacidades (AESAC), José Antonio Montes.
Por sexos, resulta llamativo que, mientras en edades tempranas aparecen niños y niñas superdotados en similar proporción, en la adolescencia la diferencia entre ambos grupos puede alcanzar hasta ocho puntos. Una circunstancia que, en muchos casos, los expertos achacan al interés de las chicas por ocultarlo para evitar así la presión que el entorno ejerce sobre ellas y que les hace valorar más la aceptación e integración social que la obtención de resultados académicos brillantes.
Entre otros indicios, a la hora de reconocer a un niño superdotado, se pueden tener en cuenta los siguientes:
Gran curiosidad y creatividad.
Rapidez de aprendizaje y excelente memoria.
Intereses muy variados y búsqueda lógica del por qué de las cosas.
Rechazo a la autoridad y gran independencia.
Comprensión y lectura precoz.
Persistencia.
Capacidad de liderazgo y gran energía, con bajo nivel de cansancio.
Alta autoestima académica, no personal.

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