viernes, 20 de enero de 2017

Liderazgo Auténtico.


Un mal ejemplo de liderazgo que cala negativa y profundamente en la sociedad lo forman los líderes que no tienen valores, que utilizan su posición para beneficio propio y, para ello, no tienen problemas en engañar a su  equipo, a sus “jefes” y a toda persona que se encuentre en su camino.
Desde hace tiempo ha surgido una corriente que se basa en que el papel de liderazgo no solo se basa en conseguir eficiencia y eficacia, sino que se deben tener valores y utilizarlos como fortalezas del propio equipo. El liderazgo auténtico, por tanto, genera confianza entre el equipo, “l@s jef@s” y en la sociedad en general. Además, reconoce el talento y potencia los aspectos positivos de cada individuo.
Los defensores de esta corriente piensan que, si se realizase formación en la disciplina de liderazgo auténtico, se evitarían muchos casos de corrupción, malas prácticas y deterioro social.
Y al igual que en tantos otros aspectos que suponen un beneficio para la sociedad, siempre se mira al ámbito formativo preguntándose: ¿por qué  no se incluye una asignatura para que lo enseñen? A mi modo de ver no se trata de hacer una nueva asignatura, lo que se debe hacer es incluir el liderazgo auténtico cada vez que se realice un trabajo en equipo en el contexto académico.
El gran problema es que muchos de los trabajos en equipos académicos se limitan a que un grupo de personas firmen un trabajo (a menudo se realiza uniendo partes individuales). Por tanto, si habitualmente no es posible formar en la competencia de trabajo en equipo, veo complicada la formación en liderazgo auténtico.
Desde hace unos 6 años venimos trabajando en un método (CTMTC) para poder formar y evaluar la adquisición de la competencia de trabajo en equipo en contextos académicos y últimamente estamos estudiando si ese método lleva implícita la formación de liderazgo auténtico.
Les facilito el acceso al “preprint” de un artículo ya publicado, donde se describe el método CTMTC.  Además se realiza un estudio para comprobar si los/las líderes, que utilizan este método, se pueden considerar pertenecientes al liderazgo auténtico (para ello se han utilizado las dimensiones: “conciencia de uno mismo”, “transparencia”, “ética-moral”  y “procesamiento equilibrado de la información”).
Acceso al artículo

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